por Manolo C.
Junto al gigantesco desarrollo de las fuerzas productivas, unido a las asombrosas obras de la ingeniería, la ciencia y de la técnica, COEXISTEN, la miseria, la desigualdad, el analfabetismo y las guerras, la decadencia más terrible, “mayor que el imperio Romano” en su momento.
La construcción de un partido obrero revolucionario que realmente represente los intereses de nuestra clase, que sea la herramienta que necesitamos para dar orientación al movimiento para el asalto y la toma del poder, para lograr de una vez por todas la transformación de la sociedad.
Ayudando a la claridad y conducción de las masas en los periodos pre-revolucionarios , organizando y formando los cuadros políticos que en el momento que las condiciones objetivas lo permitan, para que sean los facilitadores de los métodos de acción a seguir por el movimiento, vemos como actualmente está situación se ha abandonado por los partidos tradicionales, por la mal llamada crisis del marxismo, pero la verdadera crisis es de los movimientos que se arrogan la representación de las masas, partidos políticos de izquierda, sindicatos, que han abandonado el marxismo como teoría y programa para la lucha contra el capitalismo, estos actualmente mantienen un discurso ambiguo, demasiado burgués y que los problemas no son del sistema si no de las personas, manteniendo posiciones paternalistas hacia los trabajadores y el pueblo en su conjunto, manteniendo posturas de orden y mando.
Lo que debemos tener claro es que la liberación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos y la necesidad de la unidad de las organizaciones de izquierda pero no con métodos burocráticos que impiden unirse, a no ser para hacer alianzas coyunturales y oportunistas sembradas de maniobras y zancadillas.
Ahora lo que se necesita es avanzar en las raíces de los problemas, en la teoría revolucionaria, en las bases teóricas y políticas para la unidad y la formación de un partido de los trabajadores.
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