LA CORRUPCION EN CHILE

por Hugo Rodríguez

La corrupción desatada que se evidencia en Chile en los últimos años, ha escandalizado a mucha gente y a muchos personajes de elite también.

A raíz del caso Hermosilla, la derecha guarda un silencio cómplice, a la par de que algunos personeros, intentan demostrar que esto toca a todo el espectro político, en una suerte de empate.

Pero estudiando la historia del desarrollo económico en Chile, podemos descubrir que la corrupción no es nada nuevo y que históricamente ha sido la elite de la aristocracia quien ha llevado la voz cantante en estas malas prácticas.

Si nos remontamos a los tiempos del salitre, cuando el estado comenzó a recibir una gran cantidad de recursos económicos, producto de los impuestos por las exportaciones del salitre, recursos naturales apropiados por Chile después de la guerra del pacífico.

En ese entonces era un personaje ingles llamado Thomas North, el rey del salitre quien controlaba la industria y tenía montado todo un modelo de corrupción para salvaguardar sus inversiones.

El ascenso al poder de José Manuel Balmaceda, puso en peligro todo el sistema de corrupción que tenía armado la elite chilena, que recibía dineros de la empresa north y legislaba a su favor salvaguardando el funcionamiento monopólico de la industria.

Balmaceda pretendía abrir la competencia en la explotación del salitre, para así hacer más democrática la explotación y a la vez conseguir aumentar los recursos que llegaran al estado y con eso, industrializar al país, construyendo líneas férreas, puentes y otras obras de infraestructura.

Thomas North tenía abogados que lo representaban acá en el país y uno de ellos era un tal Julio Zegers, que había sido diputado y ministro de estado y era quien recibía un fondo de dinero para corromper a personeros de la administracion pública y políticos chilenos, que iban desde conservadores a liberlaes, pasando también por los radicales.

Julio Zegers era el líder de esta red de corrupción y era quien repartía los recursos, o sea, era un abogado influyente en la maquinaria del poder(el primer Hermosilla).

Entre los “señores” de la elite de esta red, figuraban nombres como Enrique Mac iver, Carlos Walker Martinez, Isidoro Errazuriz, etc. Todos con sus respectivas calles famosas hoy por hoy.

Cabe señalar que para defender sus privilegios y los privilegios de la empresa North del salitre y de esta manera seguir recibiendo las grandes cantidades de dineros por parte del rey del salitre, los “señores” de la elite presionaron a Balmaceda para impedir la implementación de sus políticas, rechazando el presupuesto de la nación, a lo cual Balmaceda respondió con un decreto que validaba el presupuesto del año anterior y disolviendo el congreso. Lo cual desembocó en la guerra civil de 1891.

Esta guerra dejó más de diez mil muertos.

Las reformas modernizadoras de Balmaceda, chocaba de lleno contra los privilegios y la red de corrupción de la elite.

Como puede verse, la Historia económica de Chile, es la historia de la corrupción de la clase dominante y que ha seguido de manera soterrada durante todo este tiempo, todo siempre en beneficio de los poderosos de siempre.

Para combatir efectivamente la corrupción y la delincuencia, no basta con dictar leyes y crear nuevas instituciones, ya que la raíz del problema es la propia institucionalidad controlada política y económicamente por la burguesía. Es necesario luchar contra la institucionalidad, es decir, contra el sistema capitalista y su propiedad privada, fuente del egoísmo y avaricia que lleva directamente a montar todo un sistema de corrupción y robos legales.

Solo una sociedad socialista, basada en la solidaridad, equidad y el bienestar de la sociedad y no solo de un grupo privilegiado, puede poner fin al flagelo social que significa esta práctica de corrupción.

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