La guerra de cambio de régimen de Netanyahu y Trump contra Irán amplía la catástrofe regional

Un artículo invitado de Yasha Marmer, Movimiento de Lucha Socialista, Israel-Palestina.

(Imagen: El ejército de Israel atacó partes de Teherán al amanecer del viernes 13 de junio de 2025)

-¡Detengan la guerra de engaño, derriben al gobierno de muerte israelí!

-¡La arrogante campaña de Netanyahu y Trump para el cambio de régimen en Irán está ampliando la escala de la catástrofe !

-Cientos de muertos en Irán, escalada de la matanza en Gaza, y docenas de muertos dentro de la Línea Verde Trump amenaza con una intervención militar directa

-Las puertas del infierno no se cerrarán sin lucha

-Construir una protesta transfronteriza y transcomunitaria para detener el baño de sangre dirigido por la banda de Netanyahu-Trump

Se documentaron atascos masivos en Teherán, mientras los residentes huían de la capital bombardeada, en medio de informes de cientos de muertos y destrucción generalizada – escenas que recuerdan la huida de los bombardeos desatados por el gobierno de Israel en el Líbano.

En Israel, mientras que el número de víctimas mortales dentro de la Línea Verde se estima ya en docenas, las familias de clase trabajadora de diversas comunidades nacionales se ven a menudo hacinadas día y noche en refugios públicos llenos hasta los topes, y eso sólo en el caso de que exista un refugio público accesible. En las ciudades árabe-palestinas, prácticamente no hay espacios protegidos adecuados.

Mientras tanto, en la Franja de Gaza, los informes indican una escalada de ataques militares como parte de la guerra de aniquilación, con informes particulares de Khan Younis de docenas de muertos por las fuerzas de ocupación israelíes mientras esperaban en la cola para obtener suministros básicos. También en Cisjordania y Jerusalén Este, los residentes se enfrentan a una nueva fase de brutal agresión por parte de las fuerzas de ocupación a la sombra de la guerra entre Israel e Irán.

El gobierno capitalista de la muerte de Netanyahu ha lanzado una guerra sin cuartel contra Irán, alimentada por la arrogancia, con ataques demostrativos casi desenfrenados, que incluyen oleada tras oleada de bombardeos israelíes contra lo que denominan «objetivos de poder». Al mismo tiempo, el contraataque del régimen de Teherán -aunque claramente asimétrico- ha incluido salvas de misiles esporádicas pero de una potencia sin precedentes. Éstas han cerrado las refinerías de petróleo de la bahía de Haifa (tres trabajadores murieron en el incidente), han causado graves daños mediante impactos directos en el Instituto Weizmann y han alcanzado la base del Ministerio de «Defensa» de Kirya, en Tel Aviv, infligiendo graves daños en zonas densamente pobladas.

Inteligencia estadounidense: No hay pruebas que respalden las afirmaciones del gobierno israelí

El intento del gobierno israelí -respaldado por los líderes de la «oposición» del establishment en la Knesset -(órgano unicameral que ostenta el poder legislativo del Estado de Israel) de presentar la catástrofe que está creando como una «guerra defensiva» es un engaño típico, mezclado con demagogia impulsada por la seguridad. Una vez más, se trata de una guerra de engaño, no destinada a proteger a la población israelí o a impedir la proliferación de armas nucleares, sino a afianzar y fortalecer la posición de la única potencia nuclear de la región, al tiempo que se promueven los intereses del capital israelí, incluida la «normalización» de la ocupación y la opresión de los palestinos. Una vez más, las afirmaciones del gobierno de la muerte de una guerra «sin opciones» no se sostienen.

Según un informe publicado ayer martes por la CNN, los servicios de inteligencia estadounidenses evaluaron que el régimen iraní aún no ha dado pasos prácticos hacia el desarrollo de armas nucleares y que, en cualquier caso, supuestamente necesitaría otros tres años para producir potencialmente un arma de este tipo. Esto contradice las afirmaciones del gobierno israelí de que el ataque sorpresa estaba destinado a frustrar el progreso inmediato y rápido de Teherán hacia un punto de no retorno nuclear militar.

Cuando se le preguntó a Trump sobre una evaluación similar presentada ante el Congreso de EE.UU. en marzo por la Directora de Inteligencia Nacional de EE.UU., Tulsi Gabbard – afirmando que las agencias de inteligencia estadounidenses no creen que Irán esté construyendo armas nucleares – se limitó a responder: «No me importa lo que ella haya dicho».

El informe de CNN también incluyó una evaluación de un funcionario de la administración estadounidense de que el asalto israelí tendría éxito en retrasar el programa nuclear de Irán por no más de unos pocos meses. «Israel puede paralizar temporalmente las instalaciones, pero si realmente quieres desmantelarlas – se requiere una operación militar estadounidense o un acuerdo», dijo Brett McGurk, un ex diplomático que sirvió bajo las administraciones de Trump y Biden, en una entrevista con CNN.

El Gobierno de la muerte prefiere claramente una «operación militar estadounidense» a cualquier tipo de acuerdo. Trump, cuya administración sigue enviando bombas pesadas a la Fuerza Aérea israelí, amenaza ahora con una intervención militar directa del imperialismo estadounidense, con aviones de combate y misiles. No para invadir y ocupar Irán como hizo EEUU en el vecino Irak con una invasión terrestre a gran escala, sino en un intento de forzar un acuerdo humillante sobre el régimen de los ayatolás, al tiempo que busca desestabilizarlo o incluso derrocarlo.

Hablando con los periodistas en su vuelo a Washington, Trump declaró que no tenía «demasiado ánimo para negociar» y que la guerra terminaría cuando Teherán llegara al punto de «rendirse por completo.» Su declaración se produjo después de que abandonara abruptamente la cumbre del G7 en Canadá, pidiera a los residentes de Teherán que evacuaran inmediatamente y sembrara el pánico en toda la región ante otra escalada catastrófica. Cuando el presidente francés Macron intentó calmar las tensiones especulando con que el presidente estadounidense estaba de camino para coordinar un alto el fuego, Trump desestimó la idea y replicó: «No tiene ni idea de por qué estoy de camino a Washington, pero desde luego no tiene nada que ver con un alto el fuego. Es mucho más grande que eso».

Trump quiere imponer un acuerdo que sirva a sus propios objetivos: uno que, desde su perspectiva, justifique retroactivamente la luz verde que dio a Netanyahu para lanzar la ofensiva y demuestre su capacidad para forzar la sumisión del régimen iraní, lo que, a su vez, podría fortalecer su mano en futuras negociaciones con Moscú y Pekín…

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