por Celso Calfullan
Socialismo Revolucionario, CIT en Chile.
A un año del golpe de estado contra Evo Morales, asume el gobierno Luis Arce en Bolivia, que es la continuación del gobierno de Morales, al que sacaron del gobierno con acusaciones de fraude electoral, ahora ha quedado claro que esa acusación era completamente falsa, dado que Arce gano ampliamente a la derecha racista y fascista de ese país.
Uno de los primeros hechos simbólicos después de que asume Arce, es que inmediatamente Venezuela recupera su embajada en La Paz y los retratos de Guaido terminan tirados en el piso de la sede de la embajada. Luis Arce reconoce al gobierno encabezado por Maduro como el único representante legítimo de ese país.
Debemos recordar además la enorme paliza que recibió la derecha pinochetista en Chile, en el reciente plebiscito del 25 de octubre, donde el 78,27 de la población aprobó la necesidad de terminar con la Constitución de la dictadura de Pinochet y la derecha chilena.
Otro acontecimiento relevante es lo que acaba de ocurrir ayer lunes en Perú, donde el Congreso destituyo al presidente Martin Vizcarra por “Permanente incapacidad moral”, hay que entender que la situación de inestabilidad en Perú también se acarrea desde hace más de un año, este viene a ser el tercer presidente que es destituido en el último periodo.
En todos estos países, en mayor o menor grado, esto es el resultado de enormes movilizaciones en las calles, como fue el caso de Bolivia donde vimos enormes movilizaciones y una violenta represión contra los trabajadores y los indígenas movilizados contra el gobierno interino que resulto después del golpe de estado contra Evo Morales, ante el miedo que sienten las elites tratan de controlar la situación con llamados a elecciones, buscan en las urnas tratar de aplacar la rabia que las masas tienen contra las elites de sus respectivos países.
Como podemos ver América Latina sigue muy convulsionada y nada hace presagiar que esto pueda cambiar en el próximo periodo, probablemente las luchas continuaran con mucho más fuerza que ahora, estos procesos eleccionarios no podrán distraer la lucha de los trabajadores, solo pueden ganar un poco de tiempo para intentar controlar la situación en el próximo periodo.
Ahora solo falta que las masas populares sigan adelante con las demandas y los cambios que necesita la clase trabajadora en nuestro continente, para esto necesitamos levantar nuestra propia representación política y luchar por levantar gobiernos de los trabajadores, que no solo prometan gobernar para todos, sino que realmente sean representativos de las grandes mayorías y no solo de las pequeñas elites de estos países.
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