«La clase trabajadora no tiene nada que ganar con la guerra»: Declaración sobre la invasión de Ucrania del mayor sindicato de Irlanda del Norte

30 de marzo de 2022

Declaración emitida por NIPSA (Northern Ireland Public Service Alliance)

[Imagen: Daños de la guerra en Kharkiv (Foto: Wikimedia Commons)]


La siguiente declaración sobre la guerra en Ucrania fue emitida por NIPSA (la Alianza de Servicios Públicos de Irlanda del Norte), el mayor sindicato de Irlanda del Norte, el 28 de marzo.

La declaración presenta un enfoque de clase de la guerra en Ucrania y aboga por la unidad de la clase trabajadora por encima de todas las líneas étnicas y nacionales.

Esto se hace eco de la situación en el norte de Irlanda, que durante muchos años se vio asolada por matanzas sectarias, conflictos armados, militarización y opresión. Casi un cuarto de siglo después del final formal del conflicto, conocido como los «Problemas», la clase trabajadora sigue enfrentándose a las divisiones sectarias y a la pobreza.

El CIT en Irlanda (Militant Left), está activo en el NIPSA, a todos los niveles, y nuestros partidarios en ese sindicato y en otros sindicatos llaman a la unidad de los trabajadores contra los fanáticos y los patrones, y a un nuevo partido de la clase obrera para oponerse a los principales partidos de base sectaria y luchar por el cambio socialista.

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NIPSA se opone y condena la invasión rusa de Ucrania. Pedimos un alto el fuego inmediato y que todas las fuerzas armadas rusas se retiren inmediatamente de Ucrania.

La guerra en Ucrania es un acontecimiento extremadamente peligroso. Lleva implícito el riesgo de que se extienda y escale, atrayendo a otros países a un conflicto internacional cada vez mayor. La clase obrera no tiene nada que ganar con la guerra y pagará el mayor precio, tanto en Rusia como en Ucrania.

A pesar de la terrible situación, apoyamos la construcción de la unidad entre los trabajadores más allá de las fronteras nacionales. Los trabajadores de Ucrania y Rusia, al igual que todos los trabajadores, tienen intereses comunes, al igual que los oligarcas internacionales (incluidos los traficantes de armas a nivel mundial) que, durante décadas en su país y en el extranjero, se han enriquecido saqueando la riqueza en cuya creación no han participado.

Nos solidarizamos con quienes en Rusia han protestado contra la invasión, a pesar de la represión policial. Apoyamos la construcción de un movimiento masivo contra la guerra, incluso entre las tropas rusas. Del mismo modo, apoyamos a los trabajadores de Ucrania que actúan independientemente del gobierno de Zelensky, construyendo sus propias organizaciones y emprendiendo acciones independientes. Esto incluye los intentos de establecer un diálogo y vínculos con las tropas de base de las fuerzas rusas invasoras.

Condenamos a cualquier grupo de extrema derecha o fascista, de cualquier lado de este conflicto, que intente aprovechar la guerra para construir su propia organización y actividad provocando aún más las tensiones nacionales y étnicas.

Enviamos nuestra solidaridad a los trabajadores de Ucrania que están arriesgando sus vidas prestando servicios de emergencia y ayuda humanitaria en las condiciones más terribles y peligrosas. Intentaremos conseguir apoyo y enviar solidaridad práctica donde sea posible, incluso a través del movimiento sindical.

Esta guerra es también un antiguo conflicto por delegación entre Rusia, la UE y la OTAN, provocado por la expansión de la OTAN en Europa central y oriental, a pesar de sus compromisos previos de no hacerlo. Nos oponemos a esta expansión y a cualquier intervención de las fuerzas de la OTAN en este conflicto.

Apoyamos los derechos de las minorías étnicas de Ucrania a determinar sus propios asuntos.

Observamos que las sanciones económicas afectarán de forma desproporcionada a los trabajadores, lo que puede ser visto como una medida agresiva por parte de Occidente y que podría reforzar el apoyo a Putin.

Nos oponemos a la vergonzosa restricción del gobierno británico al derecho de los refugiados que huyen de las guerras a entrar en el Reino Unido. Las recientes medidas no van lo suficientemente lejos. La difícil situación de los refugiados ucranianos debería marcar un punto de inflexión en el trato a todos los refugiados y pedimos que se acoja y apoye a los refugiados de este y otros conflictos.

Los trabajadores de Ucrania y Rusia -y de todo el mundo- tienen intereses comunes. En esta terrible situación, es esencial que nosotros y el resto del movimiento sindical defendamos la unidad de los trabajadores y el internacionalismo.

Carmel Gates, Secretaria General de NIPSA

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