La corrupción en Chile ya es generalizada

por Celso Calfullan

Chile siempre ha gozado de una fama que no tiene nada que ver con la realidad, por lo menos no en los últimos 50 años, desde que llego la dictadura cívico militar al poder a través de un golpe brutal y sangriento en este país.

Bajo esa dictadura cívico militar todas las empresas que eran del Estado fueron “traspasadas” (robadas) a empresarios “privados”, empresas que eran de todos los chilenos, porque el Estado son los ciudadanos de un país que con sus impuestos contribuyeron a construir y financiar esas empresas, por supuesto como no recordar el caso más emblemático, el yerno del dictador Pinochet, Ponce Lerou que termino adueñándose de Soquimich y desde ahí termino creando un imperio económico, que una vez que se puso fin a la dictadura y volvió la “democracia” termino financiando y corrompiendo a la gran mayoría de los partidos de este país.

Ahora sin lugar a duda el mayor delincuente, el que más robo fue el general Pinochet, los fondos que tenía en el banco Riggs lo demuestran, el patrimonio acumulado por el general eran poco más de a 21 millones de dólares, de los cuales por lo menos un 90% fueron obtenidos de manera  fraudulenta. La viuda del general, la señora Lucia Hiriart de Pinochet se supone que heredo a sus hijos 17 millones de dólares que dejo en su testamento. ¿De dónde salieron todos esos millones? No hay que ser muy brillante para saber que todo eso viene de la corrupción y los fraudes cometidos bajo ese régimen criminal.

Los casos de corrupción bajos los gobiernos de la Concertación son múltiples, pero sin lugar a duda es necesario recordar el caso más emblemático, el caso MOP-Gate bajo el gobierno de Ricardo Lagos. Otro caso bullado fue lo que ocurrió con Penta, el fraude tributario que habría cometido el grupo Penta, holding liderado por Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, que servía para entregar aportes irregulares a las campañas de los candidatos de la derecha y algunos de la Concertación. Otro caso relevante es el “caso coimas”, a fines del 2002 el empresario Carlos Filippi denunció haber pagado 15 millones de pesos al subsecretario de Transportes de la época, Patricio Tombolini, para el funcionamiento de una planta de revisión técnica en Rancagua. El listado es demasiado extenso como para seguir enumerándolos.

Según varios estudios donde más existe corrupción es en los municipios, hoy se sabe que más del 50% de los municipios está siendo investigado por casos de corrupción, nuevamente el listado es demasiado largo para mencionarlos a todos, pero sin ninguna duda los casos más emblemáticos en el último periodo, están los de Vitacura, Las Condes, Lo Barnechea, Viña del Mar, Maipú.  Las cifras defraudadas son siderales, demasiados millones de pesos están en juego.

Ahora es el turno del Frente Amplio, específicamente en el Partido del Presidente Gabriel Boric, Revolución Democrática (RD)  y la Fundación Democracia Viva, en la que además aparece implicada la diputada Catalina Pérez, que están en la mira por el traspaso de recursos públicos desde el Ministerio de la Vivienda a la Fundación Democracia Viva.

Desde que salió a la luz pública el escandaloso traspaso por la no despreciable suma de 426 millones de pesos desde la SEREMI de Vivienda hacia a la fundación mencionada dineros que supuestamente son para la erradicación de campamentos, el fundador de la Fundación y representante legal resulto ser Daniel Andrade, asesor político de la Subsecretaría de Defensa, militante de RD y pareja de la diputada Catalina Pérez, todos los implicados son parte del partido Revolución Democrática, ojala que la investigación se lleve hasta el final y no se termine negociando con la derecha, para meter debajo de la alfombra junto con otros casos de corrupción que tiene complicada a la derecha.

Todo lo anterior nos lleva a concluir que la corrupción en Chile no son casos aislados, sino que más bien es algo generalizado y no basta con decir que este país está entre los menos corruptos de América Latina, dado que el punto de comparación es muy bajo.

Celso Calfullan.

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*