5 de septiembre de 2023 Heather Rawling, Partido Socialista (CIT en Inglaterra y Gales)
Imagen: Futbolista española Jenni Hermoso (Foto: Wikimedia Commons)
Las atroces acciones del presidente del organismo del fútbol español, Louis Rubiales, después de que el equipo ganara la Copa Mundial de fútbol femenino, han puesto de relieve aspectos de la opresión de las mujeres.
No fue un beso. Rubiales agredió sexualmente a Jenni Hermoso agarrándola de la cabeza y forzando su boca a sus labios.
Es más, la Federación Española de Fútbol ha amenazado escandalosamente con emprender acciones legales contra ella. Pero millones de aficionados al fútbol presenciaron este ataque y están indignados.
Y la gente está contraatacando. Hermoso ha contado con el respaldo de Futpro, el sindicato de jugadores.
Hasta el momento, 81 jugadoras han dicho que no jugarán con España hasta que Rubiales sea despedido y se tomen medidas. Esto incluye a todos los miembros del equipo español ganador de la Copa del Mundo.
Jugadores del fútbol masculino se han manifestado contra la actuación de Rubiales y también en apoyo a Hermoso, como los veteranos porteros Iker Casillas y David de Gea.
Huelga
Borja Iglesias se ha negado a jugar con la selección masculina de España hasta que se tomen medidas. Y todos los entrenadores de la selección femenina de España también han dimitido en protesta, excepto el técnico Jorge Vilda.
Quince jugadoras de la selección española femenina ya se habían negado a jugar en 2022, debido a un comportamiento inaceptable y a reglas extrañas impuestas por Vilda. Rubiales respondió llamando a los jugadores «mocosos».
En 2015, un ex entrenador de España se vio obligado a dimitir después de una carta abierta de jugadores que lo acusaban de pellizcarles el trasero y de hacer comentarios como “necesitas un hombre machista” y “necesitas un chile en el culo”.
Se necesita movilización masiva y solidaridad para convertir en acción el poder potencial de los jugadores, el personal y los aficionados en el fútbol. Los órganos rectores del fútbol deben funcionar democráticamente para que la clase trabajadora comience a recuperar este hermoso juego.
Las grandes empresas y el afán de lucro han corrompido el fútbol. Las juntas directivas de los clubes deben ser elegidas democráticamente y los clubes deben ser propiedad de los jugadores, el personal, los aficionados y la comunidad en general.
Acoso
Debemos hacer campaña contra el acoso sexual. Y se deben acordar y aplicar democráticamente procedimientos adecuados para abordar estas cuestiones.
El racismo en el fútbol también tiene una larga y vergonzosa historia, que ahora es rechazada masivamente por la gran mayoría de los aficionados al fútbol. Y se han dado algunos pasos para abordar la homofobia.
Pero dentro del capitalismo estas ideas pueden resurgir.
El fútbol no puede escapar a la ideología capitalista dominante en la sociedad. Necesitamos unirnos y oponernos a todas las formas de opresión.
El comportamiento escandaloso de Rubiales no es un caso aislado. Las mujeres en el lugar de trabajo y en otros lugares se enfrentan regularmente al sexismo y la misoginia. El movimiento sindical debe defender a sus miembros contra el acoso y la conducta sexual inapropiada.
Todas las acusaciones de violencia contra las mujeres deben tomarse muy en serio e investigarse a fondo, de manera que se simpatice con quienes formulan la acusación.
Pero hay una batalla mayor que ganar. El capitalismo es incapaz de superar el sexismo y otras formas de opresión que están integrados en sus cimientos. Ideas centenarias sobre la dominación, subordinación, poder y control de género alimentan el abuso sexual y la violencia contra las mujeres y perpetúan las desigualdades.
Necesitamos luchar por el fin del capitalismo. Y luchar por construir un mundo socialista, basado en la igualdad y la solidaridad, que pueda organizar democráticamente los servicios públicos para ayudar a liberar a las mujeres de su doble opresión.
Los medios dicen que este es un momento ‘MeToo’ -cuando actores famosos hablaron públicamente sobre violaciones y acoso sexual cometidos por hombres ricos y poderosos en la industria cinematográfica- con el hashtag Se Acabo (se acabó).
Puede ser un momento transformador. Pero esto no terminará hasta que derroquemos el sistema económico que sobrevive creando divisiones y propagando el sexismo.
Podemos hacerlo uniendo nuestra oposición al capitalismo, con la clase trabajadora levantándose como clase para derrocar este sistema cruel y explotador.
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