Miles de puestos de trabajo amenazados en la acería Tata en Gales

20 de enero de 2024 Alec Thraves – Partido Socialista de Swansea y Consejo Comercial de Swansea Gran Bretaña

Acería de Port Talbot. Foto: Phil Beard/CC

Trágicamente, nuestro eslogan de “No confiar en Tata” se vio confirmado por el anuncio del 19 de enero de que los dos altos hornos en Port Talbot se cerrarían con posibles pérdidas de empleo de hasta 3.000 trabajadores del acero en el próximo período. Esto representa el 75% de la fuerza laboral de la planta siderúrgica de Port Talbot.

Los sindicatos del acero deben exigir que el gobierno laborista de Gales intervenga ahora y que Starmer se comprometa públicamente a que un gobierno laborista entrante actúe basándose en la demanda ampliamente apoyada de «¡nacionalización, no devastación!».

Como primer paso para defender los empleos, los sindicatos del acero de Port Talbot, apoyados por el TUC de Gales, deberían convocar una manifestación masiva de emergencia en Port Talbot sobre estas demandas. Esto puede dar confianza a los trabajadores del acero en que la lucha no ha terminado y que una acción industrial militante es posible y necesaria para presionar tanto a Tata como a los políticos. Esta acción debería contar con el apoyo de todo el movimiento sindical.

La brutal propuesta de Tata también afectará a muchos más miles de empleos complementarios que dependen de las acerías, desde pequeñas empresas de ingeniería, contratistas, tiendas y hostelería.

Realmente devastará Port Talbot y sus alrededores. Según se informa, políticos laboristas, incluido el diputado local Stephen Kinnock, han dicho: «El acero es fundamental para nuestra seguridad nacional, buenos empleos locales y para la transición hacia una economía más verde, ¡y necesitamos que nuestro acero se fabrique en el Reino Unido»!

Si el acero es tan crítico para la economía del Reino Unido, entonces el probable futuro gobierno laborista debería, al llegar al poder este año, nacionalizar inmediatamente la industria del acero bajo el control y la gestión democrática de los trabajadores, sin compensación para los ejecutivos multimillonarios de Tata.

Ya se ha perdido suficiente tiempo sembrando ilusiones de que se podría convencer a Tata o cualquier otra corporación privada para que invirtiera la inversión necesaria en la producción de acero verde, que también conservará la producción primaria de acero mediante procesos de captura de carbono o hidrógeno.

El Partido Socialista ha apoyado constantemente la lucha en Port Talbot para salvar empleos y la transición a una producción de acero verde. Las únicas preocupaciones de TATA y de las grandes corporaciones empresariales son maximizar las ganancias sin tener en cuenta las consecuencias y los medios de vida de las poblaciones locales.

Para salvar el acero, la única alternativa es devolver la industria a la propiedad pública: ¡hazlo ahora!
¡Nacionalización, no devastación!

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