Por Rucio R.
Cuando arrecian en Chile las denuncias por corrupción, llevan la batuta en estos delitos en gran mayoría los Alcaldes UDI y la derecha en general, mientras las investigaciones avanzan en los casos contra Cathy Barriga y Raúl Torrealba y otras “autoridades”.
Hay otros casos donde nada se ha avanzado como lo es la gestión en Viña del Mar de Virginia Reginato, donde la fiscalía decidió dejar de investigar por falta de antecedentes, pero de todas maneras hay otros casos abiertos contra la ex alcaldesa.
El tema es que en momentos donde la derecha y específicamente la UDI debe responder por estos ilícitos, oportunamente se produce este secuestro que tiene toda una trama de inteligencia, a juzgar por el modus operandis.
No puedo sino asociar este secuestro con los ocurridos en medio de la noche durante la dictadura cívico militar, efectivos disfrazados irrumpiendo de madrugada para llevarse detenidos a los opositores, que terminaron siendo acribillados por los servicios de seguridad.
Todos debemos estar de acuerdo en que, el gobierno debe hacer todo lo que tenga a su alcance para esclarecer este hecho, de eso no hay dudas.
En la derecha rápidamente se han subido al carro del tren comunicacional para dar cobertura total a este “secuestro”.
Este atentado se toma la pauta noticiosa dejando en el trasfondo todos los casos de corrupción, silenciando las informaciones al respecto y enfocándose totalmente en dirigir las miradas hacia el gobierno venezolano, la radio el día de ayer un venezolano entrevistaba a un venezolano, que volvía a reflotar la información de que efectivos de Maduro habían participado de la quema del metro durante el estallido. Cosa que fue esclarecida y muchos medios como La Tercera debieron retractarse de la información falsa (28 de octubre de 2019).
Hay muchas interrogantes que deben ser dilucidadas.
¿Qué organizaciones criminales están operando en Chile actualmente?
¿Están desmanteladas las organizaciones de la ex DINA y CNI efectivamente?
En los tiempos que corren, nada es descartable y este secuestro tiene todas las características de una planificación de inteligencia, la pregunta es. ¿quién está detrás? ¿A quién beneficia este delito?
El gobierno de Boric, que ha tenido un comportamiento claramente marcado hacia las presiones de la derecha, cada vez que claudica ante esas presiones, no solo no calma a la derecha, sino, los envalentona cada vez más y todas las semanas sacan alguna carta para desprestigiar su gestión.
La clase trabajadora está como espectadora de una pugna donde la derecha presiona y el gobierno cede. Este secuestro al parecer se enmarca dentro de la misma pugna y como una estrategia publicitaria para esconder la corrupción de la derecha en Chile.
Mientras tanto, los niveles de vida de la clase trabajadora siguen bajando, los precios de los bienes de consumo básico siguen subiendo.
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