El “referéndum de los cuidadores” expone la corrupción de la Constitución burguesa de la República de Irlanda

1 de marzo de 2024 Militant Left (Izquierda Militante) Comité por una Internacional de Trabajadores CIT, reporteros República de Irlanda

Foto de : CC

El 8 de marzo los votantes de la República de Irlanda se enfrentan a dos referendos para cambiar la constitución. La votación de la ‘Enmienda Familiar’ propone extender el reconocimiento constitucional a todas las familias, no sólo a las basadas en el matrimonio. Como tal, representa otro elemento de progreso en la sociedad irlandesa.

Al igual que con la votación sobre el Matrimonio Igualitario en 2015, la mayoría de la clase trabajadora verá esto como un paso en la dirección correcta y probablemente será aprobado. Esto no ha impedido que varios políticos y comentaristas de derecha intenten suscitar argumentos sin sentido contra la enmienda. Es revelador que muchos de estos argumentos tengan sus raíces en el impacto potencial sobre la herencia. Como siempre, la élite política irlandesa está preocupada por proteger sus propiedades independientemente del daño que causen a la sociedad en general.

Mucho más problemática es la llamada “Enmienda del Cuidador”. Esto busca eliminar de la constitución el lenguaje arcaico de que “el lugar de la mujer es el hogar”. Esto será reemplazado por un reconocimiento constitucional de que la familia sigue siendo la principal cuidadora y que el Estado “se esforzará” por brindar apoyo a esta atención.

Desde su fundación en 1922, el Estado ha traspasado sistemáticamente responsabilidades asistenciales a órdenes religiosas y organizaciones benéficas. No importa qué partido esté en el gobierno, la política sigue siendo la misma: la atención debe brindarse en el hogar complementada por una alucinante variedad de organizaciones benéficas y órdenes religiosas mal financiadas. Durante los últimos 100 años, el Estado ha proporcionado financiación lamentablemente inadecuada para estas organizaciones benéficas y los déficits a menudo se compensaron a expensas de salarios y condiciones deficientes para el personal de atención.

Una consecuencia inevitable de esta situación es la serie interminable de casos judiciales interpuestos por familias que buscan desesperadamente apoyo estatal para dependientes cuyas necesidades de atención, a menudo complejas, no están siendo satisfechas. El Estado, por cuestión de principios, lucha contra estos casos con sombría determinación. No duda en imponer años y, a veces, décadas de sufrimiento adicional a estas familias, mientras estos casos avanzan en el sistema judicial.

Esta actitud tiene sus raíces en el extremo conservadurismo fiscal del establishment irlandés que ve la prestación de servicios sociales básicos como fundamentalmente un desperdicio del dinero de los contribuyentes. Compárese esto con el mismo establishment que rescata repetidamente a los intereses empresariales cuando se encuentran en dificultades. El ejemplo más reciente fue cuando el sector bancario colapsó en 2008, el Estado garantizó de la noche a la mañana las obligaciones de todos los bancos irlandeses, más de 450 mil millones de euros, basándose en un cálculo del “dorso de un sobre”. La consecuencia de esto fue el rescate bancario de 64 mil millones de euros y años de austeridad aplastante, que tuvieron un impacto devastador en la comunidad de discapacitados y sus cuidadores.

Hay una creciente reacción contra la “Enmienda del Cuidador” a medida que las personas con discapacidad y sus familias ven que no supondrá ninguna diferencia material en sus vidas. Si se aprueba la Enmienda del Cuidador, se quedarán con una promesa vacía de que el Estado “se esforzará” por brindar atención. Esto, en efecto, significa que los interminables casos judiciales continuarán mientras el Estado busca definir “esfuerzo” de la manera más mezquina y tacaña posible. Una consecuencia inevitable de esto será una mayor restricción del derecho de las personas con discapacidad a vivir de forma independiente con el apoyo necesario.

Análisis socialista

El lema socialista “de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad” es un poderoso punto de orientación en el debate sobre la Enmienda del Cuidador. Una sociedad socialista no se basa en la acumulación de vastas riquezas y ganancias por parte de una pequeña élite. En cambio, la riqueza generada por nuestro trabajo colectivo se utilizaría para abordar las necesidades humanas, en toda su complejidad.

Las personas tendrían derecho a acceder a apoyo y financiación para satisfacer sus necesidades. En lugar de pretender “esforzarse” por apoyar la prestación de cuidados, una sociedad socialista garantizaría que los recursos estuvieran disponibles para quienes los necesitan. Como no habría multimillonarios ni millonarios en una sociedad socialista, los recursos que estos atesoran actualmente se aprovecharían mejor.

El referéndum sobre la Enmienda de los Cuidadores expone la necesidad de un sistema de salud pública universal que incluya un sistema de atención pública. Financiado por impuestos generales, este sistema garantizaría que se satisficieran las necesidades de atención y que ya no fueran necesarios litigios estresantes y que consumen mucho tiempo.

Independientemente de cómo vaya la votación sobre esta enmienda el 8 de marzo, es probable que la suerte de los afectados por ella mejore poco. Una constitución bajo el capitalismo tiene como objetivo principal la protección del sistema de ganancias y los intereses de quienes se benefician de este sistema.

Este referéndum en particular ha sacado a la luz pública una de las muchas disfunciones fundamentales del Estado irlandés: su abdicación de cualquier responsabilidad en materia de asistencia. Es un legado vergonzoso y pone de relieve, una vez más, que la “República” irlandesa es cualquier cosa menos bienestar para muchos de sus ciudadanos.

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