Por Rucio R.
Pasé la bencinera y le dije a la niña, veinte mil pesos de noventa y tres y la cinco.
– Tiene algún beneficio? –
Me preguntó
– No, al menos que quiera darme uno –
– Jajajja ni yo tengo beneficios .
– Es verdad hoy todo es EN CONTRA .-
– Jajajajjajajja así párece que tiene que ser- dijo la chica de la bencinera.
Si ánimo de hacer proselitismo, salió solo.
Lo otro curioso que pasó hoy día, fue que estamos a ocho días del plebiscito y en la feria no había nadie haciendo campaña, repartiendo propaganda ni a favor ni en contra.
Al parecer nadie está muy entusiasmado con el proceso, lo cual me hace pensar en cómo se comportará la masa de votantes que va por obligación a elegir una de las dos opciones.
Es posible que haya un alto porcentaje de votos nulos, tal como ocurrió en la elección de los consejeros, lo cual estaría indicando que el voto nulo responde más bien a un desencanto con el proceso, a un no estar ni ahí con una nueva constitución.
Tal vez puede ser que una parte importante de la población considera que todo este segundo proceso no es más que un montaje de la elite, para no cambiar nada, lo cual indicaría un proceso de toma de conciencia, creo que esa posibilidad no es real.
Lo concreto es que la población no se ha entusiasmado y las elites tampoco están haciendo mucho.
Al gobierno por otra parte, siendo un tanto maquiavélico, le convendría que gane el apruebo y así se evitaría la presión de los sectores más radicalizados por una Asamblea Constituyente.
En las esferas del poder, los intereses se mueven de manera distinta que en la base y cuidar y mantener cierto capital político es una de las actividades preferidas por los partidos institucionales. Un triunfo del apruebo le daría al gobierno la excusa para seguir negociando con la derecha algunos cambios y sería también la excusa perfecta para no ser criticado.
Pero queda aún otro aspecto. Es sabido que cuando un triunfador ve debilidad en el derrotado, intenta aniquilarlo por completo, en este caso la continuidad tranquila del gobierno se vería en aprietos y terminaría por quedar entre los avances de la derecha y la ultra derecha y por otro lado un activismo muy diezmado y desmoralizado por la derrota.
En cualquier caso, ya la clase trabajadora fue derrotada nuevamente y deberemos trabajar muy fuertemente para reorganizar las fuerzas, los que se mantengan con ánimo de luchar, son los que deberán dar la batalla por la creación de un movimiento o partido que indique el camino hacia adelante, un verdadero representante de la clase trabajadora que tenga como meta, la educación política, elevar el nivel de conciencia y la derrota del capitalismo para establecer una sociedad socialista.
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